Acabo de llegar, es invierno; lloviendo como de be de be de ser.
Intento buscar por mi alma una luz que me lleve hacia ti,
hacia mi,
hacia un mañana mejor.
Comencé a caminar a donde ir, a ver que ver
a aprender sin aprender,
a explorar las neuronas con las que cada vez cuento menos;
y por imaginar imaginé y por imaginar me perdí.
Y otra vez detrás de ti, de mi luz, de ti;
detrás está la palabra que se esconde
porque nunca estuvo mas silenciada,
pero no por pero, si no por pienso.
Y pienso, y por pensar pensé
que mejor que lo deje
porque una vez pensé que era malo pensar.
No lo entiendo, pero es así.
Con las palabras pasa como con el tiempo,
siempre pasa y siempre se quedará marcado
como una espiga,
que aunque no te duele siempre te molessta
y te recuerda lo que recordaste alguna de esas veces que reuerdas;
y aprendes de lo recordado,
y lo vuelves a descubrir,
o vuelta a empezar.
Y allí estas tú, ilusión.
Y ahí estamos todos, detrás de ti.
Que por alguna vez mi ilusión
sea nunca perdida;
por alguna palabra mal recordada
o mal aprendida y nunca discutida antes.
Alegoría a la ilusión
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